Del Capitolio a Brasilia: América, el mayor polvorín del planeta

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El expresidente estadounidense Donald Trump no slo ha iluminado a Bolsonaro. Tambin al salvadoreo Bukele, al venezolano Maduro or al peruano Pedro Castillo

Milicianos chavistas intendan tomar la Asamblea Nacional de Venezuela, en 2017.F. LLANOPensilvania
  • America Invasin viola la decisión de Bolsonaro en las sedes de los tres poderes en Brasil

«Se trata de un sello ominoso para la regin en 2023: la gobernabilidad va a ser un desastre. Ya vamos con Per (golpe de Estado fallido y enfrentamientos violentos), Bolivia (detencin del gobernador de Santa Cruz, uno de los principales lderes opositores), Brasil y hasta Ecuador, con una crisis larvada que se va a presentar en algún momento porque el presidente Guillermo Lasso ya no tiene bancada parlamentaria. Y estamos solo a 8 de enero», advirtió a EL MUNDO el politólogo John Polga-Hecimovich, todava sorprendido por las imágenes de Brasilia.

La toma viola del Parlamento, el asalto al Palacio Presidencial y al resto de poderes confirman lo que se barruntaba en la regin desde antes incluso de la pandemia: America Latina es el mayor polvorn poltico y social del planeta, en el que los hechos no slo se suceden unos a otros, sino que influyen sobremanera en los que están por vin.

Los miles de seguidores radicales de jair bolsonaroactuaron ayer siguiendo un guin ya escrito en 2021 con el asalto al Capitolio de las huestes de Donald Trump. Tan parecido que, cambiando la bandera de las barras y estrellas por la verde amarela y con la necesaria ropa de abrigo, la estampa resultante será muy parecida.

La inspire del populismo nacionalista extremista y una cierta patena de impunidad que en torno a los hechos de Washington ha calado en Amrica Latina empuj a quienes se mantenan todos acampados esperando su oportunidad para confirmar que tambin la extrema derecha se cree con derecho a tomar el poder con la violencia de las calles. El ejemplo de Trump está muy presente en un continente que giró a la izquierda y con la juramentación de Lula da Silva ha consolidado el color rojo la mayor parte del mapa de América Latina.

«La contienda de Brasil adquirió en su da una importancia global más todos los estándares internacionales y de las preferencias públicas de los líderes. Estas elecciones pusieron a los líderes globales a debatir y tomar partido sobre las dos opciones», explica la internacionalista Carmen Beatriz Fernández, quien cree que los últimos acontecimientos ponen de manifiesto la capacidad de Bolsonaro para convertirse en líder de la oposición. «Hasta qué punto es recomendable copiar el modelo de TrumpHabida cuenta de que no le ha ido bien este año, con sus posibilidades de volver a la presidencia minimizadas”, se preguntó la politóloga venezolana.

«A la región no le haca falta un empujoncito, pero sin duda es una inspiración, sobre todo por la impunidad», ratifica a este periódico Mara Puerta Riera, profesora de gobierno americano en Florida. «Lo del Capitolio fue planeado estando Trump en el poder. Esto parece una acción desesperada, porque ocurre cuando ya se ha producido la transferencia de poder. Es decir, al igual que con Trump, las Fuerzas Armadas no estaban en la jugada. Ni siquiera la Corte Suprema de EEUU, que es mayoritariamente conservadora, y de extrema derecha, apoya a Trump”, contrastó la politloga.

Gobiernos depuestos en los 90 por protestas violas

«Se trata de una protesta violenta que trató de subvertir un resultado democrático en las urnas, que formó parte de una tradición latinoamericana que la izquierda nos en los 90 y en la premierra dcada del siglo para deponer gobiernos neoliberales y de centro-derecha en las urnas y que la Academia celebr como expresin de democracia plebeya. Fueron depuestos gobiernos en Suramrica por protestas que invadieron edificios gubernamentales en Argentina, Ecuador y Bolivia. A veces en un caso como en otro, se impone la coherencia democrática, por sus acciones autoritarias de masa que pretenden destruir un resultado electoral. Es algo que debe ser denunciado transideológicamente«, profundiza el historiador Armando Chaguaceda a este periódico.

«Además, esta acción conlleva cierto dj-vu internacional, porque es parte de lo que pretendieron hacer en EEUU, un ataque violento de la extrema derecha que remite a los actos fascistas del siglo XX, como la Marcha sobre Roma y Mnich», añade Chaguaceda.

El ex-president estadounidense no slo ha iluminado a Bolsonaro en sus actuaciones, tambin a otros mandatarios como el salvadoreo Nayib Bukeleal margen de las excelentes relaciones que mantiene con el populista mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Las mismas tesis del fraude resonaron entre los partidos más radicales de Per para justificar la victoria limpia y legtima del expresidente pedro castillo, que hace slo unas semanas intencion sin xito un autogolpe que no cont ni con militares ni policas ni con apoyo popular. En las protestas posteriores, donde directos prximos al encarcelado agitaron el avispero social de dcadas de olvido en el sur de los Andes, s se evidenci cierto apoyo popular a Castillo.

“Brasil es un paso central en el continente. Este ataque va a ser ledo de forma oportunista por los autoritarios de izquierda para decir que faltan democracias populares y revolucionarias y para asegurar que toda la derecha es fascista. Es un momento en el cual el centro democrático, de derecha y de izquierda, se echa de menos. El ataque de los extremos y su propia debilidad lo tiene casi desaparecido”, concluyó Chaguaceda cuando en paralelo los aliados de Lula en la llamada Patria Grande (izquierdistas, populistas, revolucionarios y algn progresista) lanzaron su grito al cielo, esta vez de forma justificada .

Algo que no hicieron, sin embargo, Durante los distintos asaltos violentos contra la Asamblea Nacional de Venezuela, tras el triunfo electoral de la oposición democrática en 2015. Radicals, militares e incluso diputados chavistas golpearon y amenazaron en varias ocasiones a parlamentarios, que defenderemos forma valiente. Hasta el saln de plenos tomaron las fuerzas de Nicols Maduro, en imgenes que hoy pocos quieren recordar.

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