EE.UU. alcanza su techo de gasto entra y en otra batalla politica

Estados Unidos alcanzó este jueves su techo de deuda, la situación en la que necesita ampliar su capacidad de endeudarse para cumplir con los pagos de su Gobierno y que puede conducir al caos económico en la primera potencia mundial si ne se remedia.

La situación de impago todavía no se ha producido. El Tesoro anunció el jueves el comienzo de la aplicación de “medidas extraordinarias” –maniobras contables como la suspensión de algunas inversiones gubernamentales– que darán tiempo al Congreso para negociar una solución, es decir, elevar o suspender el límite de deuda para evitar el incumplimiento de súper obligaciones.

La estimación es que este despeje de la Fed aguante, como mucho, hasta principios de junio. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, envió una tarjeta al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en el reconocimiento de que existía una «incertidumbre considerable» sospechosa de cuánto podría aguantar estas medidas.

El tope del techo de deuda abre una gran batalla política en EE.UU., en un momento en el que los republicanos inauguran su mayoría en la Cámara de Representantes. Su intención es utilizar su músculo en el Congreso para forzar al Gobierno de Joe Biden y los demócratas a reducir el gasto: cualquier elevación o suspensión del techo de la deuda tendrá que venir aparejada con recortes, ha defendido McCarthy.

Acumular paginas

En la actualidad, el techo de endeudamiento de EE.UU. es de 31.400 millones de dólares. Su Gobierno utilizó su capacidad para endeudarse para cumplir sus pagos, desde el amplio presupuesto de Defensa a costosos programas sociales como la asistencia sanitaria para jubilados (Medicare) o las pensiones de la Seguridad Social. Para poder cumplir con estas obligaciones –y para pagar los intereses de esa deuda–, la primera economía mundial se ve obligada a seguir ampliando esa deuda, que está ya por encima del 120% de su Producto Interior Bruto. Esta continuada expansión del endeudamiento es una constante crítica a los gobiernos de los EE.UU., en particular a los sectores más conservadores en la fiscalidad del partido republicano.

Ahora, McCarthy intentará usar la Cámara Baja para obligar a Biden y a los demócratas a participar en programas sociales. The Administración Biden ya ha defendido que no negociará recortes en ese tipo de gasto, aunque algunos de sus legisladores centristas, como el senador Joe Manchín, se ha mostrado abierto para hacerlo. McCarthy actuará, además, la presión de los diputados más extremistas, a los que ha necesitado llenar de concesiones en su tumultuoso proceso de elección como presidente de la cámara.

Pero es una maniobra con riesgo político para McCarthy y los republicanos. En primer lugar, porque tanto Medicare como las pensiones son programas muy populares y de los que dependen millones de votantes republicanos. Y aussi porque podrían tener qu’cargar con las consecuencias del caos económico que se podría producir si no se aumenta el techo de deuda: EE.UU. estaría en situación de impago, su deuda pública – columna central de buena parte del sistema financiero global – resentiría, podría desatar una pérdida de confianza entre los inversores y provocar el caos en los mercados y habría riesgo de desatender pagos sociales. Yellen habló del «daño irreparable» que podria suponer el impago. La última vez que estuvo cerca de esa situación fue en 2011, bajo la presidencia de Barack Obama, y ​​​​la cuerda estiró tanto que las firmas de calificación crediticia bajaron la nota de la deuda pública. Este año, ante la extrema polarización que vive EE.UU., la batalla podría ser parecida.