Las gestoras internacionales afrontan su segundo año de sequía de venta de fondos en España | Fondos y Planes

BlackRock, JP Morgan, Amundi, Goldman Sachs… son algunos de los grandes grupos internacionales que tienen un importante negocio en España con la venta de fondos de inversión. Las gestoras extranjeras han distribuido aquí vehículos de inversión colectiva que acumulan un patrimonio de más de 254.000 millones de euros pero, por segundo año consecutivo, no han conseguido que entre dinero nuevo y empieza a cundir el miedo de que el modelo haya tocado techo.

La historia de las gestoras internacionales en España es la historia de un rotundo éxito. Hace una década manejaban tan solo 65.000 millones de euros, una pequeña parte del negocio de los fondos de las nacionales, que rozaba los 150.000 millones. Diez años más tarde, el sector ha logrado cuadriplicar el dinero que acumula en fondos. Los grupos de fuera suman casi 260.000 millones y los españoles, 340.000 millones. La brecha se ha estrechado muchísimo.

Sin embargo, en los dos últimos años esa convergencia se ha truncado. En 2022, las gestoras internacionales vieron cómo, por primera vez en 15 ejercicios, no les entraba dinero en España, sino que les salía. En concreto, 13.000 millones. Mientras tanto, las firmas locales atrajeron 17.000 millones.

Este año el esquema se repite. Hasta septiembre, las gestoras españolas han logrado suscripciones netas por valor de 17.000 millones, mientras que las gestoras internacionales sufren reembolsos por valor de 1.000 millones de euros. De acuerdo con la mayoría de los actores consultados, será difícil terminar el año con entradas netas de fondos, por segundo años consecutivo.

Las firmas más poderosas

  • BlackRock.  La mayor gestora del mundo, con casi 10 billones de euros de activos bajo gestión, es también la firma internacional más poderosa en España, con 41.000 millones de euros en fondos distribuidos desde aquí. Una de sus grandes fortalezas es el negocio de fondos cotizados (ETF, en inglés) de bajo coste. Bajo la marca iShares distribuye fondos indexados con comisiones mínimas. Una de las señales de su fortaleza es que recientemente fichó como máximo responsable para España y Portugal a Luis Megías, que era el jefe de la gestora de BBVA.
  • Amundi.  El grupo francés (controlado por Credit Agricole) se ha convertido en la mayor gestora de activos de la zona euro. Como ocurre con BlackRock, una de sus grandes vías de crecimiento ha sido el poderoso negocio de fondos indexados, sobre todo con la adquisición en 2021 de su rival Lyxor. En España dio su salto definitivo en 2020, cuando compró la gestora de Banco Sabadell. Hoy por hoy tiene distribuidos en España fondos por valor de 30.000 millones de euros.
  • JPMorgan.  El mayor banco del mundo tiene un importante negocio de gestión de activos en España. Su gestora ha distribuido fondos por valor de 22.500 millones de euros.

Cada vez son más las voces que reflexionan sobre si el modelo de crecimiento de las firmas foráneas ha tocado techo en España. En 2023, el patrimonio gestionado va a crecer pero será únicamente por la revalorización de los activos que ya tenían, no por nuevos flujos de fondos.

Mariano Arenillas, máximo responsable en España y Portugal de DWS (la gestora de fondos del grupo Deutsche Bank, con 17.000 millones de euros vendidos aquí), reconoce que la situación ha cambiado mucho en los dos últimos años. “La subida de tipos de interés ha hecho que los bancos españoles, que controlan el mercado de los fondos, se focalicen en fondos sencillos de renta fija, un tipo de producto para el que ya no nos necesitan”.

Tipos cero y Mifid 2

Los dos factores que más han contribuido han contribuido a la expansión de las gestoras internacionales en España han sido la regulación y el largo periodo de bajos tipos de interés. La directiva europea conocida como Mifid 2 obligó a los bancos españoles a abrirse más al exterior, si querían seguir cobrando comisiones solo por distribuir fondos.

La fórmula que utilizaron fue la venta de fondos de fondos: el producto tenía la marca Santander, o BBVA, o Sabadell, pero por debajo invertía en vehículos de Fidelity, UBS, Invesco o M&G. También se ha generalizado la distribución de productos por medio de contratos de gestión discrecional de carteras. El cliente acuerda con su banco que administre su dinero de acuerdo con una serie de parámetros y, los activos que utiliza como subyacente son fondos de gestoras internacionales. Esto disparó las ventas de fondos.

Además, durante el largo periodo de tipos cero, los bancos no podían vender los clásicos fondos garantizados que causaron furor en otras épocas. Necesitaban apoyarse en gestoras que tuvieran capacidad para invertir en activos de renta fija más sofisticados: deuda de países emergentes, bonos de compañías sin la máxima calificación crediticia… y esas capacidades las tenían las gestoras internacionales.

Alicia García Santos es la jefa de la gestora británica M&G en España –donde ha distribuido fondos por valor de 6.200 millones de euros–. “Tenemos que ir viendo las necesidades del cliente español para poder seguir ofreciéndoles productos interesantes en los próximos años”, explica la directiva.

Uno de los clavos a los que se agarra el sector para confiar en retomar la senda del crecimiento es en la expansión de los activos alternativos a la Bolsa y los bonos. Esta temática de inversión se espera que crezca con fuerza en los próximos años, y las gestoras españolas se volverán a apoyar en las de fuera. CaixaBank ya tiene un potente acuerdo global para activos alternativos líquidos y otras firmas seguirán ese camino.

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